Es probable que la razón se deba, entre otras, a que aún no contamos con la información necesaria que nos facilite la toma de conciencia y, con ello, la de decisiones; otra, que desconocemos acciones prácticas y fáciles de implementar e inspirar.
A continuación, algunas de las cifras presentadas el pasado lunes 31/mar/14 por el Panel Intergubernamental de la ONU sobre Cambio Climático (IPCC) en Yokohama, Japón:
En Colombia, el cambio climático está afectando seriamente el desarrollo económico sostenido en el que ha venido los últimos años obstaculizando los avances en el proceso de paz con el desencadenamiento de nuevos conflictos o profundización de los actuales, acarreando un retroceso en el desarrollo humano, incrementando la población en desplazamiento por la creciente escasez de agua e inestabilidad de suelos, entre otros. A nivel mundial, el panorama tampoco luce alentador: la falta de alimentos y los eventos climáticos extremos están aumentando los flujos migratorios y los conflictos entre poblaciones.
Y, en términos prácticos, desde gestión humana ¿qué acciones prácticas podríamos tomar?
La expectativa inicial es contar con sentimientos de empatía y conciencia respecto a la necesidad insoslayable de incluir en la agenda estratégica de talento humano cambios profundos y consistentes que promuevan una cultura organizacional comprometida con el medio ambiente; adicionalmente, fomentar la responsabilidad individual respecto al impacto ambiental de las decisiones que cada persona tome a partir de su estilo de vida y de consumo y, por último, tomar acciones que efectivamente, desde la empresa, contribuyan a frenar el calentamiento global.
¡Es solo cuestión de empezar! Para nuestros colegas, para quienes nos apasiona e inspira el bienestar de la gente en paralelo con el crecimiento y consolidación de nuestras empresas, he aquí algunas prácticas de gestión sencillas y efectivas que pueden servir de referente para estructurar acciones a la medida que mitiguen el abrumador impacto del cambio climático que ya toca a nuestras puertas y que no va a disminuir por sí solo:
Tomar cartas en el asunto, asumir el liderazgo entendiendo las implicaciones en el desempeño de las personas –léase en la productividad de las organizaciones- son pasos iniciales que pueden reducir la tensión que genera la disonancia cognitiva al ignorar el asunto a sabiendas de la responsabilidad que nos compete y las posibilidades de gestión que tenemos dentro de los procesos de planificación estratégica del talento humano como factor decisivo para el desempeño organizacional.
Martha Ruiz
mruiz@strategos.com.co
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